Todo llega...


Como decíamos en la mili, cuando empezamos el campamento y marcábamos con tipp-ex blanco un punto por cada mes de instrucción, en el interior de nuestra gorra... Todo llega...

Llego la hora y me dieron mi cartilla de redención... y ahora paso a ser un Supervisor de Infraestructuras Constructivas, o lo que es lo mismo un "Pre-Jubilado" que disfrutará de sus hobbies y aficiones con mucho mas tiempo e intensidad.

Dicen que todo lo bueno se acaba… y lo malo también, así que supongo que mi marcha de Endesa es una especie de justicia poética.

Me voy con la sensación de haber aprendido mucho: por ejemplo, que las reuniones eternas son la mejor manera de descubrir que el tiempo es relativo… y que la paciencia tiene límites.

No os preocupéis, no os dejo solos: os dejo con mis correos, mis excels y alguna que otra duda existencial que resolveréis en mi honor. Si alguna vez me echáis de menos, pensad que siempre podéis invitarme a un café… aunque ya no lo pagará la empresa.

Me llevo grandes recuerdos, y también la certeza de que el aire acondicionado tiene vida propia. Gracias por las risas, por los retos y por demostrarme que el trabajo en equipo es como el rugby: todos empujamos, pero nadie sabe dónde está el balón.

En fin, como dijo Groucho: “Jamás pertenecería a un club que me admitiera como socio”… y aquí he estado 28 años, así que algo raro había.

Gracias a todos con los que he compartido trabajo, por acompañarme, por enseñarme, por aguantarme, por hacerme reír, por confiar, por estar. Gracias por ser parte de estos años que nunca olvidaré.

Hasta siempre compañeros, hasta siempre Endesa... ha sido un placer inmenso poder ser y trabajar en esta compañía.

Ahora empieza otra etapa llena de proyectos, aventuras, desafíos y lo que me quiera deparar la vida...

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